
Todos sabemos más o menos qué es el chamoy, ¿no? Frutita, chilito, algo dulce y ácido. Lo revuelves todo y listo, tienes esa salsa rojiza que va bien con todo. Pero hoy no venimos a darte la versión básica de siempre. Queremos mostrarte cómo hacer el mejor chamoy casero. Ese que te hace decir: «¿por qué no lo hice antes?» asi que resolveremos la duda de ¿Cómo se prepara la salsa de chamoy?
No se trata de reinventar la rueda. El chamoy ya es perfecto como idea. Pero sí podemos llevarlo a otro nivel si elegimos buenos ingredientes y lo tratamos con cariño. Olvídate de los frascos industriales que viven meses en la puerta del refri. Vamos a preparar uno que sepa a frutas de verdad, que pique rico y que tenga ese saborcito que solo puedes lograr cuando lo haces tú mismo.
¿Qué es el chamoy, en realidad?
Más allá de lo que le echamos a la fruta o a las papas, el chamoy es una salsa espesa que combina frutas secas, chiles, sal, azúcar y, a veces, vinagre o especias. ¿Te suena raro lo de “frutas”? Tiene sentido cuando sabes que viene de algo parecido al umeboshi japonés: una ciruela fermentada, salada y ácida. Esa idea cruzó el mundo, aterrizó en México y aquí la transformamos a nuestro gusto. Le metimos tamarindo, chabacano, tejocote, chiles secos… y salió magia.
¿Cómo se prepara la salsa de chamoy? más fácil de lo que crees
Esto no es ciencia espacial. Solo necesitas fruta con buen nivel de acidez (como tamarindo o chabacano), chiles secos (ancho, guajillo o de árbol, según tu mood valiente), azúcar para balancear, sal para resaltar y vinagre si te gusta ese toque punzante. Lo cocinas todo, lo licúas, lo cuelas y ajustas a tu gusto. Listo. Chamoy como debe ser.
- 1 litro de agua
- 2 tazas de flor de jamaica
- 2 tazas de concentrado de jaimaica
- media taza de azycar
- pulpa de tamarindo
- 3 cucharadas de chile guajillo
- 1 cucharada de chile de arbol
- media cuaradad e sal
- 1 taza de flor de jamaica
- acido citrico
Cantidad | Ingredientes |
1000 ml | Agua potable |
400 gr | Flor de Jamaica |
500 ml | Concentrado de Jamaica |
250 gr | Azúcar estándar |
125 gr | Pulpa de tamarindo a 20 Brix |
90 gr | Chile guajillo en polvo |
30 gr | Chile de arbol en polvo |
10 gr | Sal |
250 gr | Flor de jaimaca hidratada |
5 gr | Ácido cítrico |
Procedimiento.
- Enjuaga la flor de Jamaica para eliminar cualquier resto de polvo.
- Verte el agua en una cazuela de fondo alto junto con la flor y calentar hasta que el agua suelte hervor.
- Dejar reposar por 15 minutos para que la Jamaica suelte todo su sabor.
- En una licuadora verter el pure de tamarindo, el azúcar, los chiles, la sal y el limón junto con la taza de flor de Jamaica y los 500 ml de concentrado de Jamaica.
- Licuar hasta que quede una pasta espesa.
- Servir con fruta y después refrigerar.
Tips rápidos: hidrata bien los chiles antes de licuar. Usa pulpa de tamarindo natural, no la endulzada. Y si te gusta experimentar, prueba con canela, clavo o incluso laurel seco. Tu chamoy, tus reglas.
¿El objetivo? Una salsa espesa pero fluida, con ese equilibrio perfecto entre dulce, salado, ácido y picante. El tipo de cosa que hace que un mango pase de snack a evento.
Un poco de historia para que presumas mientras lo sirves
Aunque parece 100% mexicano, el chamoy probablemente nació del see mui chino. Con los años, se adaptó y se convirtió en la delicia que hoy conocemos. En los 70s y 80s, algunas marcas lo industrializaron (hola conservadores, colorantes y edulcorantes artificiales), pero hoy hay un regreso a lo artesanal. Y sí, vale la pena. Más sabor, más control y cero químicos con nombre raro.
El chamoy es cultura pop comestible. Está en nuestras botanas, nuestras fiestas y hasta en nuestras micheladas. Saber hacerlo en casa es como tener superpoderes culinarios.
¿Vale la pena hacerlo tú mismo? Un rotundo sí.
Porque el chamoy casero no solo sabe mejor. También dura mucho, puedes ajustarlo a tu gusto y te da la satisfacción de decir: «¡yo lo hice!». No tiene grasas raras, no necesita azúcar refinada si usas fruta natural, y lo puede disfrutar toda la familia. Hasta la abuelita que pregunta si algo le va a caer pesado.
Y si no tienes tiempo, no pasa nada. Hazlo un día tranquilo, guárdalo bien y úsalo durante meses. Puedes jugar con la receta: más mango, más chile, un toque de sal de gusano si te quieres lucir. Es tu cocina, tú decides.
¿Cómo se prepara la salsa de chamoy? ¡Hora de usarlo en todo!
Aquí empieza la diversión. Frutas: claro. Jícama, pepino, piña, mango—todas agradecen un chorrito de chamoy. Palomitas, galletas saladas, helado de vainilla (sí, leíste bien). También va increíble en cocteles, cervezas preparadas y aguas frescas con actitud.
Incluso puedes usarlo como base para marinadas, o para crear salsas más complejas. El chamoy es como ese ingrediente que no sabías que te hacía falta en todo.
Así que, la próxima vez que te preguntes cómo se prepara la salsa chamoy, piensa en esto: no es solo una receta. Es una forma de decir «me gusta comer sabroso y con estilo». Hazlo una vez y verás cómo ese frasco se convierte en el alma de tus antojos.
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